Recientemente, un estudio que agrupa a más de mil compañías que están liderando la implementación de sistemas de inteligencia artificial en todo el mundo encontró que la mayor parte de las ganancias de rendimiento se alcanzan no cuando las máquinas reemplazan a las personas, sino cuando trabajan de la mano con las personas. En estas relaciones colaborativas, la gente puede ayudar a que las máquinas funcionen mejor y las máquinas pueden ayudar a la gente a incrementar sus niveles de desempeño.
En resumen, el capital humano es un activo invaluable para las empresas. Su importancia radica en su capacidad para adaptarse, impulsar la innovación, construir una cultura organizativa sólida y establecer relaciones con los clientes.
Las organizaciones que reconocen y valoran a sus colaboradores, y que invierten en su desarrollo y bienestar, están mejor posicionadas para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presentan en un mundo empresarial en constante cambio.
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