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DESCUBRE LAS 5 DISFUNCIONES DE UN EQUIPO

¿Algo no anda bien con tu equipo?

Desde nuestra experiencia como consultores, hemos podido conocer muchos casos donde la integración y trabajo en equipo flaquean por no tener una claridad de objetivos, buena comunicación, roles y funciones definidas (sin contar con la cantidad de diversos puntos de opinión y roces entre el equipo).

Patrick Leoncini, en su libro Las cinco disfunciones de un equipo, explica un modelo fácil de aplicar y efectivo. Lo resume a través de una pirámide, colocando de la base para arriba, las disfunciones que hay que resolver en ese orden de importancia. En resumen, estas disfunciones son: falta de confianza, miedo al conflicto, falta de compromiso, evasión de rendición de cuentas y falta de atención a los resultados.

Disfunción #1: Falta de confianza

Todo miembro del equipo debe estar dispuesto a abrirse con sinceridad frente al resto. La confianza debe ser sólida, y para lograrlo es necesario que el equipo se muestre vulnerable; de lo contrario, los miembros del equipo no podrán admitir sus errores y se sentirán cohibidos.

Si en tu equipo no hay seguridad para aceptar errores, para dar una opinión, para hablar con transparencia y de manera oportuna, entonces no hay confianza.

Disfunción #2: Miedo al Conflicto

¿La ausencia de conflictos es realmente una señal de salud organizacional? Con frecuencia, en los equipos de trabajo se genera una armonía artificial, donde existen situaciones y problemas que en vez de hablarse, se acumulan debajo de la alfombra.

Leoncini señala que la ausencia de debate y conflicto constructivo, que trae resultados positivos, es una señal de que algo anda mal, pues al no existir confianza entre los miembros del equipo, estos tienen miedo de entrar en conflicto. Como consecuencia, tenemos una armonía falsa, donde las personas no debaten sus puntos de vista por miedo a que las opiniones puedan ofender o molestar a los demás.

En este sentido, es necesario aclarar que el objetivo de los debates y el “conflicto” es para poder tomar mejores decisiones. Es el equipo vs el problema, y no el equipo vs el miembro del equipo.

Disfunción #3: Falta de Compromiso

Una vez conseguida la segunda fase de la pirámide, pasamos a la fase del compromiso del equipo. ¿Te es familiar la frase “ellos decidieron eso” seguido de un gesto de incomodidad o desagrado?

De seguro en algún momento has tenido una idea o algún comentario que aportar a tu equipo, y quizás no fue tomado en cuenta o no te sentiste escuchado realmente, por lo que podrías haberte sentido frustrado e incómodo con la situación. La realidad es que cuando no estamos de acuerdo en algo es más difícil adquirir compromiso y propiedad sobre las acciones a tomar.

Para generar compromiso en el equipo, es necesario que los involucrados “compren” las decisiones acordadas. Para ello, se toma en consideración:

  Búsqueda del consenso total: En muchas casos los miembros del equipo solo esperan que su opinión sea escuchada, tomada en cuenta y discutida. Por tanto, las organizaciones son efectivas cuando reconocen esto y no es necesario buscar el consenso total de los involucrados para ser “políticamente correctos”. Basta con escuchar y debatir las ideas y opiniones planteadas. Al final, es el líder quien debe tomar las decisiones.

  Claridad: como empresa consultora creemos que todos somos más efectivos cuando el camino está muy bien marcado, con un objetivo fijo y claro. El equipo que logra dar claridad y sencillez a sus objetivos, obtiene mejores resultados.

Disfunción #4: Evitar la rendición de cuentas

Cuando no hay compromiso de los miembros del equipo hacia el equipo, no existe una búsqueda de responsabilidad de lo comprometido. Quien no está comprometido, no alinea sus acciones con los estándares acordados y evitará la rendición de cuentas.

En este punto, el autor se refiere a la evasión del individuo de rendir cuentas al equipo y que este último no tiene la confianza de exigirse unos a otros conforme a lo acordado. Por tanto, aparece el problema más común, donde se espera que sea el líder quién pregunte por los avances y estatus del trabajo que se realiza, a cada uno de los miembros; en vez de ser el mismo equipo quién tome responsabilidad de ello. ¿Te parece familiar?

Disfunción #5: Falta de atención a los resultados

Por último, en la cúspide de la pirámide, la atención a los resultados se pierde de vista cuando los miembros del equipo ponen sus metas personales sobre las grupales. Para Leoncini, si el equipo pierde, todos pierden. En este caso, es una situación de ego colectivo vs. ego particular. La clave es hacer que el ego colectivo sea mayor que el individual.

En conclusión, es necesario eliminar todas estas disfunciones para optimizar los recursos del equipo, tomando en cuenta que la presencia de una, afecta en la ausencia de las otras.

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